Los plástidos están rodeados por una doble membrana que constituye la envoltura del organelo y contienen, al igual que la mitocondria, un genoma propio, también conocido como nucleoide.
Los estudios clásicos de De Duve y colaboradores en la década de los 60, establecieron que las células de mamíferos (excepto los eritrocitos) contenían un organelo degradativo, el lisosoma.